jueves, 27 de junio de 2013

El compromiso de los Tigres de buscar talentos en Venezuela cosecha beneficios crecientes

El compromiso de los Tigres de buscar talentos en Venezuela cosecha beneficios crecientes

El siguiente artículo es la traducción al español de una noticia aparecida en el periódico "The Detroit News" el 26 de junio de 2013.

Entra en la casa club de los Tigres en un día determinado, o párate sobre la exuberante grama del Comerica Park durante la práctica de bateo. Observa a los jugadores entrenando y empezarás a recibir una sensación de Venezuela, un país de América del Sur vasto y complejo con recursos naturales que se asocian más con el petróleo que con el béisbol.

Miguel Cabrera, Aníbal Sánchez, Omar Infante, Avisail García, Bruce Rondón y Brayan Villarreal son venezolanos, así como los predecesores de oro Magglio Ordóñez y Carlos Guillén.

Y, sin embargo, es en la ola de talento entrante que los Tigres podrían conseguir su próxima bonanza, con toda la buena fortuna esparciéndose debido a una jugada audaz aprobada hace ocho años por el dueño Mike Ilitch.

Los Tigres, en ese momento, decidieron ignorar los obstáculos políticos y culturales y confiar en las relaciones que sus figuras de la oficina central habían forjado durante décadas de trabajo, muchas de las cuales precedieron su llegada a Detroit. Los Tigres pasarían por alto un gobierno socialista apenas amigo de los Estados Unidos, especialmente durante el reinado del difunto presidente Hugo Chávez. Ellos se amoldarían al engorroso sistema bancario de Venezuela y sigilosamente lidiarían con el terreno y las ciudades más conocidas por los riesgos que las recompensas.

Ellos, por último, establecerían una presencia organizacional en Venezuela. Y todo ello con un único objetivo en mente: acceder a, firmar y desarrollar calificados y relativamente sofisticados jugadores jóvenes. Se convertirían en uno de los pocos clubes en hacerlo. Y, debido a que estaban versados en enfrentar las barreras económicas y políticas del país, ellos entienden de primera mano por qué la mayoría de los equipos se han resistido a tales incursiones, y por qué sólo los Dodgers, los Cachorros, los Marineros, y los Mets están asociados con ellos en la Liga de Verano de Venezuela.

Al establecer una liga y la presencia de una academia de enseñanza en Venezuela - con instalaciones de primera clase y con un cuerpo técnico completo - y al hacer más arraigado allí a su personal de cazatalentos, no es casualidad que cada año la lista de los Tigres, en conjunto con su fortuna en el playoff, crezca mediante una mayor influencia venezolana.

"No hay duda, es una buena situación para nosotros", dijo Dave Dombrowski, presidente y gerente general de los Tigres, quien, junto con el gerente general asistente Al Ávila, ha estado unido a Venezuela desde sus días con los Marlins, cuando firmaron a un super estrella generacional en la persona de Cabrera.

"Recuerdo haber tenido conversaciones con el Sr. I (Ilitch) y con Al sobre cómo queríamos crecer más en América Latina. Teníamos un montón de lazos allí desde nuestros días en Florida. Y así (Ilitch) nos dio el visto bueno. Fue toda una inversión, sobre todo cuando ya sabíamos que no íbamos a ver grandes ganancias en el corto plazo”.

La rentabilidad a largo plazo podría estar acercándose. Los jugadores firmados como adolescentes hace tres, cuatro o más años, se están arrastrando a escena en el 2013.

■ José Ortega ha lanzado en Detroit y tiene uno de los mejores brazos poderosos de la organización.

■ Eugenio Suárez y Hernán Pérez, un par de jugadores hábiles del cuadro, podrían jugar en Detroit esta temporada.

■ Harold Castro, Danry Vásquez, Endrys Briceño, Steven Fuentes, Dixon Machado y Víctor Lárez se encuentran estacionados por lo pronto en ligas menores y pueden migrar fácilmente a Comerica Park a medida que maduren, con Castro, Fuentes, y Vásquez considerados estrellas potenciales.

"Es realmente una tubería que seguirá para desarrollar el talento para nosotros", dijo Dombrowski. "Es un compromiso de la organización."

Los niños de clase media

La devoción de Detroit hacia Venezuela es similar a un adolescente que llega a la puerta para recoger a su cita - y es recibido por el padre de la chica. La misión puede ser imponente, especialmente para los inexpertos.

Comenzando con las realidades físicas de Venezuela. El país tiene 353.000 millas cuadradas, aproximadamente un 25 por ciento más grande que el estado de Texas. Hay montañas y selvas lluviosas enterradas lejos de las ciudades de la costa y no siempre con los mejores caminos para recorrer en un país de gran diversidad.

También hay abundancia de recursos naturales, principalmente el petróleo, la base de la economía de Venezuela y, de manera indirecta, una de las razones por las que los Tigres han decidido participar allí.

La economía del país sustenta hogares generalmente estables donde dos padres puedan criar a sus hijos y educarlos hasta la escuela secundaria. Los jugadores de béisbol a su vez se benefician de los programas organizados financiados por las comunidades que puedan sostener una modesta calidad de vida. Si firman contratos como profesionales, los jugadores llegan a los EE.UU., a menudo con una mejor oportunidad de asimilarse a la sociedad estadounidense.

Tienden a tener una estadía más fácil para aprender inglés. Ellos, en muchos casos, han tenido una mejor nutrición durante sus años de formación, lo que los puede hacer prospectos más fuertes y lograr una promoción más rápida.

En comparación, países como la República Dominicana son, en muchos lugares, la encarnación de la pobreza. Los jugadores firmados allí no siempre han tenido algo parecido a las ventajas que los jóvenes encontrarían comúnmente en los pueblos y barrios de Venezuela.

"Siempre defino las diferencias como educación - punto", dijo Oneri Fleita, un consultor para los Rojos que anteriormente trabajaba como coordinador de desarrollo de jugadores para los Cachorros en América Latina. "Todo se relaciona con la educación, y eso es enorme.”

"En Venezuela, tienes dos padres en el hogar, y una economía donde la gente está realmente gastando dinero en los hogares y no en coches de lujo. Por todo eso, tienes Pequeñas Ligas reales organizadas - y, de nuevo, todo es debido a la educación. Creo que es enorme. Y a menudo es por eso que ves a algunos chicos con las mismas habilidades, de diferentes países, que tienen éxito mientras otros no lo logran. Hay mucho más en lo que es estar en las grandes ligas y no sólo jugar béisbol. Y, para mí, siempre se relaciona con la educación y con tener una familia estructurada en casa que te da un poco de auto-estima y auto-motivación".

Ah, pero si fuera así de fácil - la creación de un negocio en un país lleno de estudiantes-atletas moviéndose hacia el estrellato - 30 equipos tendrían todos segundas residencias allí.

Pero sólo un puñado de clubes ha tomado el riesgo. Y las razones se conocen muy bien.

"Tienes que tener un gran aprecio por tu personal allí", dijo Fleita. "No es como en la República Dominicana, donde puedes llegar a cualquier parte en media hora en carro desde Santo Domingo. Venezuela es bastante extensa. Es un país enorme, con un montón de zonas densas reales. Es posible manejar tres horas y luego tomar un vuelo de conexión a Maracaibo o a Puerto La Cruz. Y esas carreteras a veces no son las mejores."

Otro día, podría haber cortes de luz. Incluso algo tan básico como el papel higiénico puede ser escaso, a nivel nacional. Y, por supuesto, está la cuestión de la seguridad personal. Caracas, la capital del país, tiene una de las tasas de homicidios per cápita más altas del mundo. Los Tigres sintieron la tragedia en Venezuela en 1999, cuando el hermano de Infante, Asdrúbal, en aquel entonces un lanzador prospecto de los Tigres, fue asesinado a tiros durante un robo en Guanta.

El Departamento de Estado advierte a los visitantes para evitar ciertas zonas, incluso durante las horas del día. Advierte de la posibilidad, en algunos lugares, de secuestros, de robo de tarjetas de crédito, de trampas que esperan a los usuarios en los cajeros automáticos.

Los problemas relacionados con el sistema bancario de Venezuela, y los tipos de cambio que pueden fluctuar violentamente, son una barrera administrativa más fuerte para algunos clubes de grandes ligas que evitan Venezuela. Llevar dinero al país es difícil. El presupuesto para las operaciones puede ser deshecho cuando el tipo de cambio se eleva súbitamente cinco o seis veces por encima de una tasa que se aplicaba anteriormente.

Los lazos familiares

Sin embargo, las complicaciones se pueden aliviar, felizmente, cuando un equipo cuenta con personas que conocen los pasillos, geográfica y culturalmente. Las relaciones se construyen. Las familias y los jugadores llegan a confiar en los representantes de un equipo.

Es la forma en que los Tigres llegaron a adquirir a su franquicia estrella, Cabrera, que fue cortejado por Ávila y por el cazatalentos Louis Eljua, ahora con los Cachorros, cuando ambos trabajaban para los Marlins. Ávila fue armado con un bono de más de 1.800.000 dólares para la firma - cantidad sin precedentes por un adolescente latinoamericano - cuando en 1999 convenció a la familia Cabrera para firmar con Florida.

Fleita vio a sus competidores llevarse a un jugador que 14 años más tarde es considerado como el mejor bateador en el béisbol. "Mamá y papá están en casa, diciendo:" ¿Te vas a llevar a mi hijo a los EE.UU. y hacer qué?'", dijo Fleita. "Mejor que confíen en ti. Los Marlins tenían tipos que crearon grandes relaciones con la familia."

Las relaciones, sin embargo, requieren una presencia. Hace una década los Tigres cubrían Venezuela con un cazatalentos. Él trabajaba para Ramón Peña, director del club de operaciones de América Latina, que tenía un cuerpo de cazatalentos tan insignificante como para la topografía de la República Dominicana.

En los años posteriores cuando Ilitch promovió a Dombrowski y a Ávila, como parte de una nueva oficina central, los Tigres comenzaron a reestructurar Latinoamérica en conjunto con la remodelación de su red de cazatalentos en EE.UU..

Los Tigres tienen ahora tres cazatalentos de zona en Venezuela informando a Miguel García, director de cazatalentos de América Latina, y un colega de Ávila desde sus primeros días de cazatalentos en Centroamérica y América del Sur.

"Si empiezas cualquier empresa, en cualquier rama de los negocios, quieres gente con experiencia y con conexiones de fondo", dijo Ávila, que habla español de forma tan fluida como domina el inglés, producto de haber sido criado en Miami, donde su padre, Ralph, un jugador y cazatalentos en la organización de los Dodgers, emigró con su familia desde Cuba.

"Tú vas a ser mejor atendido por la persona con experiencia".

Tom Moore, director de operaciones internacionales para los Tigres, también ha sido parte de la concentración en Venezuela. Moore dice que el mayor flujo constante de talento venezolano, es un proceso clásico de arriba hacia abajo con Ilitch, Dombrowski, y Ávila tirando de las palancas.

Ilitch ha proporcionado la latitud y el financiamiento (una suposición razonable es que el presupuesto anual de los Tigres para las operaciones en Venezuela se encuentra cerca de los 300.000 dólares), así como el visto bueno para firmar jugadores. La mayor inversión hasta la fecha fue de $1 millón que los Tigres gastaron en Vásquez, de 6 pies y 2 pulgadas, jardinero que batea a la zurda, firmado en 2010, cuando tenía 19 años.

"También tenemos la suerte de tener algunos jugadores venezolanos prominentes en nuestro equipo de Grandes Ligas en este momento, lo que ha ayudado en nuestros esfuerzos de cazar talentos", dijo Moore. "Los Tigres tienen un nombre significativo reconocido allí."

En ese sentido, un hombre llamado Cabrera ayuda a lo grande. Un flujo constante de compatriotas le seguirá a Comerica Park. Ninguno, probablemente, estará a la altura de Cabrera. Pero todos harán recordar a la comunidad del béisbol de Detroit de los prodigios que hay allí, y la relación que comparten, debido a un juego que es más que el pasatiempo de Norteamérica.



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